Una de las cadenas más importante de libros
digitales, Waterstones, dejó de vender los dispositivos Kindle. En una
entrevista, el gerente de la empresa manifestó que las ventas de esos lectores
electrónicos estaban siendo lamentables, y que en lugar de eso seguirían
apostando al papel.
A su vez, según Nielsen Bookscan (una empresa
dedicada a monitorear las ventas), la cantidad de libros impresos que se venden
en las tiendas aumentó un 4,6% en este año. Es la primera vez desde 2007 que se
produce un aumento en esta cifra, algo totalmente prometedor y esperanzador
para la literatura en papel. Por eso, el libro digital estaría en ruinas.
Algo similar a lo que
sucedió con el vinilo y el CD, sólo que en otro ámbito.